La tarde está alertando
con sonidos lejanos.
Llevo una impresión
del tiempo:
una idea fuerza
muy adentro,
que no tranza.
Llevo un beso final,
con la esperanza de momentos:
un morir y renacer
cada día,
atando brisas
y sentimientos,
que no alcanzan a nacer.
La tarde tiene ausencias
y sueños truncos;
vivencias en espera
y una voz destinada
al ejercicio de musitar.
La tarde,
aliada del mar
me besa con una brisa pasajera
que se cuelga a mi cuello
y me hace dudar…
La tarde, avanza
sometiendo mis sensaciones
a trazos de tiempo
sin esperanzas…