No patees ningún perro
para descargar tu enojo
porque no se abre un cerrojo
dando golpes con un fierro.
Si tu enojo es como el hierro
piensa más en su despojo
no patees ningún perro
para descargar tu enojo.
¿Has oído algún cencerro?
¡Pon tus barbas en remojo,
cuando el paso lleves cojo!
Y si tienes algún yerro
no patees ningún perro...