El amor genera paz
y tranquilidad en el alma,
porque dónde hay amor
siempre reinará la calma.
La paz de una montaña
nos embriaga y nos relaja,
eso sucede al subirla
y también cuando se baja.
Lo que se siente en un bosque
nos invita a la meditación,
porque la paz es tan grande
que nos calma el corazón.
El silencio tiene sonidos
y dónde hay paz habra amor,
es por eso que meditar
nos ayuda a ser mejor.
El amor nos da la paz
para nuestra vida espiritual,
por eso debemos protegerla
de lo que que nos cause mal.
Debemos vivir en paz
para tener mucho amor,
porque con amor y paz
viviremos mucho mejor.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,20/11/2025.