Mi mundo interior crece
cuando la soledad me acompaña.
Es curioso lo que avanzamos
cuando las incertidumbres nos arrastran.
He llenado mi universo de sueños,
mientras afuera los anhelos
se alimentan de desesperanza.
Mi mundo interior florece,
aunque el dolor externo
intente quebrar mis ganas.
Me nutro de silencios
y de la música que brota
desde lo más hondo de mis entrañas.
Me alimento de pensamientos
que germinan en medio de la nada,
de la esperanza escondida,
agazapada en los pliegues del alma.
Me nutro de la buena compañía
de la que comparte sin reservas,
de la que comprende sin juzgar,
y de la que abraza con tan solo estar.
Y aunque afuera todo parezca derrumbarse,
dentro de mí la vida se expande,
como un jardín secreto que nadie ve,
pero que sostiene mis cimientos
hasta que la tormenta pase.
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