Versos de espuma.
Emerge tu sombra desde el fondo donde callo,
como si el mar devolviera un nombre olvidado.
El horizonte es un hilo roto,
y en mis manos tiembla la sal de un adiós sin orillas.
He caminado por los muelles vacíos de tu voz,
por los faros apagados de tu abrazo.
Todo en ti fue tormenta,
golpe contra golpe,
ola contra ola,
hasta que mi pecho se volvió costa desierta.
En tu piel se guardaron los inviernos,
los naufragios que no tuvieron testigos,
las islas donde solo crecen recuerdos.
Tus besos fueron peces huyendo del anzuelo,
fugaces,
afilados,
hambrientos de eternidad.
Oh, cuerpo que amé hasta romper mi sombra,
copa donde bebí ternura y veneno,
puerto donde atracó mi hambre de mundo.
Era la noche, y tu mirada ardía como un faro.
Era el día, y tu silencio apagaba el sol.
Te nombro y el viento se detiene.
Te nombro y las mareas me devuelven tu forma,
pero no tu regreso.
Eras llama y orilla,
huracán y remanso,
canto y ruina.
Hoy, en la hora más honda de la marea,
camino sola por la costa que lleva tu nombre,
y cada ola es un verso que me arranca,
y cada espuma una herida que me recuerda
que todo en ti fue océano…
y yo siempre fui barco sin puerto.
© Nelly Cevallos — Liora Todo derechos reservados