CARLOS ALB.

DE CORAZON

Con el corazón, muy suave,
ligero como una nube, ahí,
ahí está mi alma: tan leve.

A veces me balanceo en las estrellas,
tomo impulso y salgo de mi cuerpo.
Son las locuras de mi corazón, dulce,
empalagoso y, a veces, tan brillante.

En ese otro mundo donde no hay problemas,
solo floto. Me columpio en las estrellas
y todo huele a mucho amor.

Son momentos especiales que son solo sueños:
una y otra vez me lanzo
a esos sueños cálidos y hermosos.

Y por unos instantes pinto de colores mi mundo,
en el otro mundo donde puedo ser quien quiero,
esa alma suave que ama con amabilidad,
que despliega deseos de amor,
deseos de felicidad para que todo vaya mejor.

Entre plumas ligeras de gorriones que se dispersan
en el jardín de los sueños, junto a una casa blanca
donde es fácil volar.

Entre plumas de ángeles que caen en mi pecho y me elevan,
en instantes íntimos y secretos, con música suave,
donde todo se vuelve amable
y todos son felices.

Asomado desde el corazón a la ventana del Paraíso,
un lugar donde soy tan pequeñito que vuelo,
volando con el corazón de un niño,
donde los sueños son tan ligeros
que nada me pesa.
Solo sueños.