Hay un órgano necrosado
muerto por amar demasiado
ese es el mío, mi corazón desgarrado,
humillado y maltratado, de rodillas angustiado,
por sentir en exceso y vivir desdichado.
Hay muertes invisibles,
erróneamente indescriptibles, pues
hay duelos que dejan cicatrices.
La muerte es sinónimo, de lo que alguna vez
tuvo vida, alguna vez las mariposas,
no fueron muertas en vida.