La gente va sin rostros por las calles,
con un número en la frente,
contrapuesto al número de enfrente...
Desindustrializada y embargada,
la gente va en ilusos anhelos:
difusos, confusos, eternos y episódicos.
Rutinaria del conformismo, la gente,
junto a la rutina bárbara de los días,
camina hacia la promesa de una
anárquica barbarie civilizada.
Sobre tiempos oprimidos, plagados
de represión y corrupción del ser,
la gente...
Turba que anda sin ojos, pálidos
diamantes en bruto, hijos de la luz...
¡La gente canta efímera y feliz!
Ama, llora, ríe y muere también;
pero vive...
La gente va sin rostros por las calles,
cabizbaja y consumista. ¿Quién puede
comprarle un rostro a la gente?
Con un número en la frente
contrapuesto al número de enfrente.
Hernán J. Moreyra