Catalinaa

Las dos.

Ladeo mi cabeza a un lado,
tú la ladeas al otro,
te miro largo rato,
¿de qué color es el retrato?
 
Nos paramos ambas derechas
tú no sabes qué pienso yo,
pero aparece él, este hombre tonto,
quedamos estáticas,
y se nos acelera el pulso pronto.
 
Siento envidia y pena,
compasión y cariño,
ternura y desconfianza,
y me da tanta tristeza,
solo ver desesperanza.
 
¿Y es que nada alcanza?
No entiendo bien esta adivinanza.
¿Todos mis esfuerzos con él fueron en vano?
Dios, ¡qué ocurrirá al acabar el año!
 
Eres como un perrito tras la reja,
quiero acariciarte,
pero no sé si morderás.
¡Me produces tanta ternura!
pero siento tanta ambigüedad.
 
Escuchamos casi la misma música,
creemos ambas en el mismo jesús,
soñamos parecido,
tal vez hasta contamos las mismas ovejitas
antes de dormirnos.
 
Y es que llevo guardando este amor por él
tanto, tanto tiempo,
y tú lo puedes decir a todo viento.
Para mí es algo tan preciado,
y para ti creo que también, 
lo he sospechado.
 
¡Me duele porque lo vuelve frágil!
Eterno corazón soñador mío,
se había imaginado tantas cosas,
que tú corazón tambien imagina ahora.
 
¡Pero si yo lo conozco hace más tiempo!
Llevo todo un año intentando acercarme,
pero tú te ganaste su espacio
y estás cada vez más cerca de él,
¿dónde me toca quedarme?
 
Hay tanta insensatez en mi pecho
y en mi hablar y en mi pensar,
nos hemos enamorado del mismo caballero,
¿Qué queda por pasar?
 
Solo una de las dos
sabe que la otra lo ama,
he sido guardiana de dos secretos
que cada vez me pesan más en el alma.
 
Ay estimada compañera,
¿qué hago ahora?
¡No quiero más primaveras!
¿cómo me toca proceder?
De verdad, no sé que más hacer.
 
Quiero ser tu amiga, por favor,
que seamos amigas las dos,
que hablemos de los beatles
y guitarreemos sin razón.
 
Quiero que lo dejes de añorar,
tal vez yo debería comenzar por hacerlo,
¡pero todavía no!
Antes necesito hallar un consuelo.
 
¡Qué tontera la mía!
Dios me libre de sentir tanto todo el tiempo.
Ladeo mi cabeza,
tú ladeas la tuya,
¿de qué color es el retrato?
Mejor, solo démonos la mano