Elthan

Albor de los Umbrales Eternos.

Albor de los Umbrales Eternos.

 

Se levanta en la penumbra como un grito sin dueño,
los cielos se apartan de su paso,
la hierba cruje bajo su odio antiguo.
La lluvia necroplásmica se retuerce ante su mirada,
el suspiro se rompe en fragmentos macabros.
No hay compasión, no hay tregua,
solo un hambre que consume todo lo que toca.

 

Se marcan cicatrices de los que no tienen poder,
minerales rezuman veneno que devoran la cordura.
Del suelo agonizan futuros que no deben existir,
el aire se desgarra con un estallido rojo que dispersa carne cruda.
La razón cadavérica grita muerte,
así la vibración revela el horror.
Incluso la luz teme al dominio prohibido.

 

Camina entre tierras que lloran cenizas,
su nombre no necesita ser pronunciado,
la ascensión le reconoce y se inclina.
La furia es su hogar y su maldición,
el tiempo se curva, el caos se quiebra,
los muertos parecen respirar bajo su sombra,
y los vivos sienten la necesidad de huir.

 

Su mandato extirpar la infección que corroe lo creado,
abre cuerpos como si fuesen pergaminos corrompidos.
Desgarra abdómenes, vísceras se agitan,
arranca mandíbulas para leer en ellas futuros deformes.
Hunde su brazo en tórax condenados y podridos,
aniquila porque el universo sangra cuando estos seres respiran.
Su tarea es suturar la herida con exterminio absoluto

 

No conoce la paz, ni el descanso,
su camino deja una cuerda de fuego negro,
el obstáculo es ahorcado sin remordimiento.
Sus manos queman mariposas de la noche,
el cielo tiembla, la tierra se estremece,
el instante es un fragmento de tormento,
la ventisca un juramento de destrucción.

 

Entre huesos de ballenas que brillan,
nacen ciudades que nunca vieron la luz,
ríos de cristal oscuro fluyen hacia lo ignoto.
Seres de materia imposible observan sin ojos,
y el tiempo, curioso, se detiene solo para estudiarlo.
El aire vibra con secretos que nadie sabe nombrar,
lo arcano despierta en cada rincón olvidado.

 

La eternidad parece observarlo y callar,
la noche se arrodilla ante su presencia,
y el miedo se vuelve carne viva a su alrededor.
No hay luz que resista, no hay voz que no sangre.
El asesino de la muerte le llaman,
solo exilio del mundo rompiéndose,
sufrimiento y sentencia que nunca cede.



xElthan.