Cada chica es un portal al recuerdo.
Cada cosa es un reencuentro.
Y si estiro mi mano para alcanzar tu cuerpo.
Todo se diluye como si se lo llevara el viento.
Busco consuelo en cualquier veneno.
Pero tú, mi antídoto, no lo tengo.
Escoria zumbando al camino.
Entre lamentos queda mi destino.