Quebrado
Zarandeado por las fuerzas brutas
del huracán de la vida
Perdidos entre vientos y mareas
Sin faro y sin ancla
Perdido en la noche oscura del mediodía
Un Judas y un Pedro me acompañan
No tierra a la vista
No estrella en el firmamento
La muerte se me niega
El adiós me persigue
Los huesos del alma roto
La carne del espíritu quemada
Quebrado, vencido y arrodillado
Que honda soledad
Cuánto cuesta morir.