Vadear y zurcir
para avanzar.
Abatir peligros
y fronteras.
[El ulular del viento
que mece las mieses
mientras, los grillos
y las cigarras de la noche
impetran con sus cantos
la paz del monte.
En tanto el rielar
de los faroles, surca
las tinieblas de los mares].
Y en el piélago de la existencia:
encontrar
[al fin]
los pasadizos
secretos
de un laberinto
aún, inextricable.