ninfadora

FRAGANCIA



Un viento incauto de primavera,
Se ha metido curioso en mi cuerpo,
Me ha vestido de sol con los rayos del cielo
Dejando en mi piel ese aroma firme y seductor;
Que flota en mi alma,
Que huele a ti,
Que me embriaga la vida celoso,
Me hipnotiza penetrante y sin pudor
Los poros sedientos de mi cuerpo.

Ese perfume que vaga suntuoso en el aire,
Ha cubierto de erotismo mi carne
Sintiéndome arrebatadamente sexual;
Y me seduce haciéndome la dama fastuosa,
Y hechicera de tu fiel aroma.

Ese incienso de ternura,
Que me calcina el alma y me socava el corazón
Me perturba la razón y enloquesco,
Sintiendo que mis venas explotan
Al paso sublime y carnal de tu esencia.

Esa naturaleza perfecta de hombre,
Que me lleva al idilio más inmaculado de mi orgasmo,
Cuando tu cuerpo se funde en el mío,
En esa sustancia febril que me transforma
Y me vuelve alquimista de tu carne.

Ese bálsamo que me exalta majestuoso,
Convirtiéndose en la utopia del deleite carnal,
Me transporta esplendoroso al universo infinito del placer,
Que vivifica mis sentidos uno a uno
Y marca irreverente el capullo más grácil
De mi más puro manantial.

Esas gotas silentes de esa loción soberbia,
Que embeleza mi alma y me cautiva,
Suspenden mi equilibrio sosegadas,
Y se introducen misteriosas en el monte más divino,
Más Precioso y sagrado de mí feminidad.

Dejando al descubierto la Liz flamante de ternura,
Cuando al paso de tu labios mojados en la miel de tu calor,
Desprendes a cada libación sedosa de tu boca,
El dulce más excelso de mi hechura,
Dejando mí sangre arder a fuego lento,
Adueñándote de mi insumiso y seductor,
Bebiendo de mis dunas el sudor mas exquisito de mi morfología.
Emborrachándote de mí ser
Hasta quemar tú figura de hombre paladín,
Y embrujando mis entrañas,
Extasiando mis deseos,
Viajando comigo al infinito de la gloria,
Bailando, riendo a carcajadas bellas
Y llorando las lágrimas más dulces del placer,
Cuando haz marcado con tu aroma viril
Mi alma, mi carne, mis adentros,
Mi vida entera
Fraguando en el volcán de mi substancia;
Esa forma de bronce fino
En la que has cubierto mi esencia;
En el fuego seductor y señorial,
De tú gloriosa e inmortal,
Y subime….
Fragancia.