Luciana Trejo

El hábito

\"Creí que jamás volveríamos a encontrarnos; el mundo se quedaba hueco sin tu presencia.\"

Él me observó con esa indiferencia que le nacía como un hábito,

mientras empujaba hacia mí la sexta botella de la noche.

 

\"No puedes huir de mí; soy lo único que permanece.\"

Y qué maldita verdad escondían sus palabras.

 

\"Cada vez que me atrevo a desear no verte de nuevo, apareces atravesando esa puerta.\"

Entonces éramos otra vez él y yo, suspendidos en ese viejo ritual:

uno ya domesticado por la costumbre,

y el otro sintiéndose lo bastante ingenuo —o lo bastante roto— como para quedarse.

 

\"Te juro que lo intenté.\"

\"Quizá no lo suficiente.\"

 

Y así, mi botella de whisky, harta de sostener mis regresos,

terminó por resignarse a ser testigo de otra noche más.