La noche pasa y yo pensando
en lo que no tiene un sentido.
En no saber ni como ni cuándo
yo ya te había entonces perdido.
¿Qué pasó allí en aquel pasado?
Como si hubiera estado dormido.
¿Por qué desperté entonces llorando?
¡Cómo no impedí que te habías ido!
Pero aquí estoy con esta condena
donde me acongoja la cruel pena
con la certeza de que no hay regreso.
Todo se fue, quizá repentinamente
que el ayer me roba este presente
y ¡sin decir adiós, se llevó el último beso!