Nelly Cevallos - Liora

Vidrios en el manso Vacío

 

 

VIDRIOS EN EL MANSO VACÍO

  

Hoy desperté,

y el mundo sigue igual.

 

No había aroma en la mañana,

ni rumor de ti

en la piel tibia de las sábanas.

 

Sólo un vacío manso,

casi tierno,

como si tu ausencia

se hubiera acostumbrado a mi cuerpo.

 

Me faltas en la sangre,

como si las venas recordaran

el camino de tu nombre

y ahora

tuvieran miedo de latir.

 

Hay amores que abren ventanas.

El tuyo dejó un hueco;

entra la noche por ahí

incluso a mediodía.

 

Las flores siguen ahí,

ya no me miran.

Pasan como fantasmas vegetales,

vidas suspendidas.

 

Tal vez saben

que ya no tengo ojos para el color.

 

Respiro,

pero no vivo del todo.

Es el humilde oficio de seguir:

el de mantenerse de pie

cuando el corazón

solo anhela el silencio.

 

A veces pienso tu nombre

muy bajito,

como quien toca una campana rota

con la esperanza

de que aún suene.

 

No te llamo,

no te pido,

no pregunto.

 

Sólo dejo que duelas,

que seas la memoria muda

que camina en mi pecho

como un animal cansado

que busca su casa

y no la encuentra.

 

Y yo,

con estos días que no saben hablar,

aprendo a existir sin ti:

despacio,

como quien sostiene un vaso roto

sin querer cortarse,

pero sabiendo

que ya está herido.

 

© Nelly Cevallos — Liora