Amiga, ayúdame con el tiempo,
es lo más sagrado que tengo
y no pretendo regalarlo,
menos que menos perderlo.
Quiero mío cada segundo…
Ayúdame con el silencio,
el bello silencio en compañía;
no lo cubras con desmanes
burdos, superfluos y toscos.
Amo mis silencios, los necesito…
Qué triste vida profesan,
chismes e historias ajenas.
Dices: “Que en la vida de fulana hubo un hombre.”
Un saltamontes raro vi esta mañana.
Susurras: “Que Sultana no pagó tal deuda.”
Sabes, que el viento hoy besó mi cara.
Comentas: “Menganita tiene un vestido nuevo.”
Mi cuerpo duerme sin ropa, a nada estoy atada.
Anuncias: “Merengano…”
¡Espera, espera amiga!
Disculpa, ¡no me interesa!
Por respeto te escucho,
pero por lo mismo te pido:
Déjame
en mi fantástico mundo inmanente,
desde donde, sin más,
por estar a mi lado he de quererte.
En mis tiempos…
En mis silencios…
Silvana Ibáñez
17/08/25
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