marco romero

Impermanencia

El amor tiene su encanto,

y aunque la esperanza de tener algo contigo he abandonado, jamás podré mirarte y no sentir nada.

 

Es la condición humana, ¿sabes? Asombrarnos ante la gracia fugaz, ante la belleza que se nos ofrece como un don inmerecido, mientras cargamos con la certeza sombría de su impermanencia...

 

Podrá la razón, fría arquitecta de cruces,

alzar muros de olvido, borrar la figura

de tu paso en mis días, la miel de tu acento.

 

Podrá la distancia, látigo de ceniza,

azotar la memoria, apagar el momento

en que tu mirada fue llama viva.

 

Tal vez la cordura, inquieta pensativa,

haya quemado el mapa de nuestro rocío.

 

Pero, bonita, enigma de pétalos suaves,

cuando tus ojos, faros de luna menguante,

crucen mi horizonte, desaten las naves

de mis recuerdos, con brío constante,

 

¿cómo negar la savia que aún recorre

mis venas dormidas? ¿Cómo hacer silencio

al volcán que en mi pecho, dormido, socorre

la brasa incandescente de tu presencia?

 

m.c.d.r