Tengo una sed que ni mil pozos pueden saciar
Perdida en un desierto sin oasis que encontrar
Solo existe este silencio que me va a matar
Ni mil campos de trigo seco sé asemejan
a la yerma que habita en mi interior
Un vacío inhóspito lleno de incomprensión
Me falta algo que ni siquiera puedo nombrar
Su ausencia es árida, punzante e intensa
Un eco sin voz, una sed sin remedio ni solución