No quiero pensar.
Llevo más de una hora en la misma posición.
Busco palabras vacías; algunas me resuenan, otras no significan nada.
No quiero pensar.
Camino mientras sigo buscando letras.
Desvío la vista y aparece un pensamiento de esos que no quiero analizar.
Sigo caminando.
Dejo a un costado la búsqueda.
Observo.
Observo todo.
Me preguntan qué pasa detrás de mi silencio.
No sé responder.
Detrás del silencio solo hay más silencio.
Un lugar donde ya no llega el ruido.
Me anestesié por completo.
Y empiezo a creer que no voy a volver a sentir.