Janna Desiree

EL SILENCIO DE LA PUTA.

Decían los abuelos, “es mejor lo que no se dice” ...  todo lo que aquello implicó. 

Callar siempre, aunque duela, callar para no incomodar, a una niña que fue usada, utilizada y desechada; y es mejor cuando se calla, porque más vale miserable tranquilo que una inocente pidiendo a gritos auxilio.

Las herencias trastocadas, que permitieron tanto, que sangraron, que provocaron tanto dolor. Aquella niña en silencio siempre había estado, para no incomodar a su opresor, y siguió siendo abusada porque nadie la protegió, porque el silencio la castigó, porque calló para dar la razón.

Al final terminó fusilada... el silencio la mató. Un cobarde tras otro le quitaron su valor, la hicieron sentir pequeña, no pequeña. mínima, inservible y desechable. El silencio fue el cuchillo que un día la alcanzó.

Pasaron los largos años y aunque pretendió olvidar, la herencia de sus ancestros la atrapó con un puñal, de quién menos lo esperaba le abrió la herida fatal.

Y es por eso que hoy, decidió dejar de callar, romper el silencio porque el salvavidas nunca llegará; miserable todo aquel que se le atreva a juzgar, pues hoy la acusan de puta y nadie sabe de su andar, de las heridas profundas que causaron su final.

Hoy deshecho esas herencias que me hicieron tanto mal, y reprendo al que me diga que lo mejor es callar, y desdeño de todo aquel que se atrevió a culpar, así como de aquellos que decidieron burlar, aquellos quienes vieron sus lágrimas rodar y aun así entre risas la volvieron a revictimizar. 

… El silencio de esta puta se acabó ya.