Amo y señor de la vida,
abre y cierra
cerrojos mágicos.
Por el ojo de la mirilla,
“se mira el misterio
en flama del silencio”.
Al pestañear la vida
se abre el portal,
se adentra en el verdor
de un camino.
¡Oh, maravilla!
¡La vista se pierde
en el paraíso!
y la muerte con harapos
es guía.