Leoness

Brevedad y eco

Soy el parpadeo de una luz incierta,

un suspiro apenas, una nota breve,

existencia efímera, puerta entreabierta,

que el tiempo se lleva con su manto de nieve.

 

Nací de la prisa y muero en la calma,

pequeña burbuja en el vasto océano,

¿De qué sirve el grito que despierta el alma,

si el eco se apaga en el espacio vano?

 

Quiero ser camino, no solo pisada,

que alce mi destello su fulgor más alto,

no sé hasta dónde, ni en qué madrugada,

llegar sin ser yo, más allá del asfalto.

 

Dime, viento errante, marea que llega,

¿cómo se prolonga esta gota de ser?,

¿qué fibra secreta al olvido niega

el alma que ansía la huella tejer?

 

Si la esencia se esfuma, si el cuerpo es ceniza,

que el querer se haga vuelo, poema, raíz,

que mi breve historia, que mi leve risa,

persista en el fondo de algún aprendiz.

 

Hasta el no-ser quiero llegar, como un río,

que al fundirse en el mar, se vuelve infinito,

no una gloria pido, de mármol o frío,

sino que mi amor sea un eco bendito.

 

Que mi existir fugaz no sea una nada,

sino el impulso de un verso, que queda,

y si al fin me voy, y soy la vacía almohada,

que mi alma, la vida, a otros se les ceda.