En un rincón del alma, un amor perdido, susurra el eco de un dolor querido. En cada lágrima, una batalla librada, un corazón herido, pero no olvidado.
Caminos oscuros, amores truncados, la lucha persiste, aunque el alma haya llorado. Entre espinas de la vida y el desengaño, el corazón persiste, firme, en su empeño.
Las cicatrices cuentan historias de guerra, amor sufrido, pero en la derrota, se aferra. El tiempo sana, pero la pasión resiste, en el amor luchado, persiste.
En la noche de lágrimas, una estrella brilla, testigo del amor que el corazón destila. Aunque el sufrimiento sea un amargo vino, la lucha por el amor es un divino destino.
Entrelazados en la trama del destino, dos almas luchan, en un eterno camino. El amor sufrido, como una llama ardiente, se eleva en la lucha, eternamente.