el brujo de letziaga

El amor no se resiste...

 

Entre los bares,
mi porte de hombre se distrae,
como uno más entre tantos, que charla y consume...
pero un romance aparece...

 

Y el amor no se resiste,
a forjar esta unión donde la luna insiste,
en un flirteo sugerente,
el sábado por la noche junto al estanque...

 


¡Oh, caricias tórridas e infrecuentes!
contigo alzándome...
el apéndice de mi conflagración inconmensurable, 
que vivamente se estremece...

 

Quemándose...
con tu fuego inclemente,
hasta el crítico momento en que me dejaste,
consumido para el desguace...