alexander robert pantoja duque

Es una lastima muchacha

Es una lástima,

muchacha,

que ya nuestro

amor

no pueda suceder,

porque no está

escrito 

ni en tu

destino

ni en el mío.

Porque un árbol

seco como

yo

no puede

tocar un arroyo

como el tuyo.

Pero cuando

me talen,

me

marchite

o quemen

por completo,

lo que suceda primero,

espero que tan solo una hoja

de las poquísimas que tengo,

o una ceniza de mi cuerpo

prendido en fuego,

toquen por lo menos

la orilla de tu arroyo.