Donaguil

SERENA...

A pesar de que los años transcurren sin freno,

no pierdo la vitalidad y la frescura del verano;

me gustaría ser más tranquila y más serena,

pero la inercia me arrastra a ser  una tormenta.

 

Se me antoja dejar que las horas se escurran

mientras consumo un café lentamente

al compás de una sonata de Bethoven,

pero me atrapa el ritmo vigoroso de la Campanella.

 

Algo que me desconcierta es, cuando observo

algún programa, película o serie televisiva...

en mi mente desfilan los perfiles de los actores,

cosa que ni siquiera me percataba en mis ayeres.

 

Siempre he sido una persona muy sensible,

pero hoy se desbordan todas las emociones;

sufro el dolor ajeno, pero también me regocija

las alegrías de otros y los mágicos amores.

 

¿Alguna vez podré gozar de la quietud del silencio?

¿Podré recostarme y mirar como el sol se oculta

en el horizonte mientras bebo lentamente un vino?

Sigo viviendo el día a día, sin pensar en el mañana.