Quién es que
( ¿yo? )
me acompaña
hasta las montañas del silencio verde.
Y mira cuando observo bajo mis pies,
suspendidos del cristal,
cómo se yergue la ciudad blanca.
Quién que conmigo camina,
compartiéndonos la sombra,
me anima abrazándome con mis propios
huesos y venas.
Dónde está ahora el muro de unión entre personas
(almaojosmente)
que conforman una identidad sin rumbo.
A cuál adhiero, cuando, desde el pecho
me silba su aliento y el eco
de una vieja canción
Palabras
de otra lengua crepitan sobre
el centro de la garganta y la atención del oído.
Quién es que
( ¿él? )
estuvo sentado
aguardándome sin tregua en la oscuridad
para que los vahídos devinieran constantes
para arrancar de las pupilas el movimiento
condenando a innumerables emisarios
a un póstumo y brutal mutismo
del que no me hago cargo