De rodillas
lleno el rostro de lagrimas y dolor
mirando como el hijo moría.
Cuanto dolor para una madre
Su único hijo.
Cuanta desolacion.
Ver su sangre rodar
Las heridas. Las espinas
Y la cruz.
Y resuena en tu corazon
Cuando el Angel exclamo:
“Bendita eres.“
Bendecida en el dolor y la agonia
En la burla y desden.
Tambien sentiste el abandono del
Padre de Tu hijo. Noche oscura,
Vida desolada. Oh¡ Madre, que
Dios te salve
Solo una madre puede sentir
esa agonía, esa perdida, esa desolación
Junto al hijo en la cruz, un rio de lagrimas
de ella surgio, para lavar los pies del hijo
que tanto amo.
Una parte de ella, tambien allí murio.
Salve, dos veces Reina, por ser madre
y por ser la madre del Principe.