Hernán Mejía Silva

LAS SÁBANAS SON EL MAR

Tan fuerte la culpa 

que trajo la calma…

tan innecesaria que nadie la reclama,

esta paz es nuestra más grande añoranza…

 

Después nos arranca este frío,

tan absoluto como incierto,

que trae algo de voluntad al menos,

y esos sueños vagos, que provocan naufragios.