Si me preguntas qué es lo que extraño de ti,
temo no encontrar el comienzo.
Echo de menos la fragancia de tu piel, su aroma que me envuelve, y el dulce tono de tu piel canela.
Extraño el refugio de tu cabello lacio y oscuro, un lugar donde me pierdo y me escondo.
Extraño tu rostro angelical y esos hermosos ojos que tienen el poder de dominarme. ¿Y qué podría decir de tus labios sino que son perfectos?
Al pensarlo, la verdad es que tendría que describirte de pies a cabeza, porque te extraño por completo: tu esencia, la cadencia de tu respirar, tu voz, cada parte de ti.