De Hipócrates colega, discípulo de Homero,
posee del humano nobleza sin igual;
del médico sapiencia con límpido historial,
del bardo bella rima, con brillo de lucero.
Con mística armonía, de mítico trovero,
su verso tiene el alma del cándido zorzal;
y lleva del galeno, la estola señorial
que siempre lo convierte, del bien, en su vocero.
Vestido de hidalguía, camina por la vida
dejando en sus acciones, su estoico corazón;
y médico y poeta, el cura toda herida,
del cuerpo, o bien del alma, con gran abnegación:
¡Por ello en ésta fecha, de luz mi rima henchida,
le lleva con mis letras mi gran admiración!
Autor: Aníbal Rodríguez.