Hiroshi Imano

Paz

Caminé solo, buscando la paz.

Atravesando calles

asoladas por la melancolía.

Caminé, muy cansado,

abatido, extenuado.

Anegado por la agria vida.

 

Caminé entre rios, oscuros, sangrientos.

Solitario y sin alma.

Caminé, tratando de olvidar

esta ausencia, esta existencia

tan banal, tan inútil.

Seguí transitando, cual pájaro montaraz

voladora de montañas.

Empero, vi como

la noche amaneció,

divina, espiritual y hermosa.

Oh, eclipse vigilante que todo contempla.

Madre que todo nos acepta.

Efigie blanquecina, protectora

que todo mal ahuyenta.

 

Te debo este amor.

Te debo esta fidelidad.

Te debo este dolor. 

Te debo esta soledad.