Es difícil adivinar tus sueños, sensaciones y las experiencias colaterales de mis letras, Ellas caminan sin rumbo, no tienen dueña, no tienen noche. Sé guían por la luz, Es por lo que donde hay oscuridad, alumbran como incendio en hojas secas, Después siguen su camino, recogen las cenizas y construyen de nuevo otro sueño. Otra noche sin ti, saboreando los momentos nuestros
A veces parece que tienen un dueño, un destinatario, cantándole a luna, ni ella los posee, Solo alumbran sus notas e inspiran un teclado; despiertan los fantasmas del alma, Y echan a andar los sueños, construyen recuerdos, humedecen los labios Trayendo a nuestro lado, aquel ideal que toma cuerpo y se convierte en nuestra obsesión. Tu para mi y yo para ti… todo nuestro.
Hay aves con bello canto, otros con sublime plumaje y quienes nos enamorar al volar, propiedades del viento, de la naturaleza del ave, que no tengo derecho a poseer, La belleza se admira, el canto se escucha, se embriaga con sus notas y nos trae recuerdo La hermosura de un ave, de una palabra, no se permite a si mismo vivir prisionera. Por eso cada noche vienes.
Es como un sueño, a veces quiero que la nieve arda y mi noche termina en desastre, Quiero soñar esos pasajes pecaminosos de mi desierto, de mi juventud febril, Sin embargo, sueños con tu pelo, con tus ojos, con tus letras escondidas, Por eso, renuncio a soñarte y prefiero imaginarte como la musa griega Erato. Que conduce mi mano cada vez que tomo mi pluma y veo tu foto.
Tus sueños junto a los míos, en almohadas distintas. Tú vuela con tus poemas en un unicornio y yo en las alas de un ave. Tú escribes con el viento con sabor a sal, a mar, a soledad acompañada, con un toque de melancolía y yo escribo desde la luz de tu sombra juntando tus letras como migas que me indican la salida del laberinto onírico, donde cada noche me escribes un poema.
LENNOX
EL QUETZAL EN V UELO