Siento un nudo en la garganta
que me oprime, me atraganta,
mientras mi alma se impresiona
bajo esta tela que me aprisiona.
Mi cuerpo sombra sin orgullo,
mis palabras suenan a murmullo,
en esta prisión de pasado oscuro
donde el silencio es un muro.
Pero mi corazón es un volcán,
en mis ojos un huracán,
este, mi grito de rebelión,
es un suspiro de insurrección.
Quiero arrancarme este velo,
que me ahoga sin consuelo,
y poder volar por el cielo,
donde mi voz suene, sin desvelo.
Es mi lloro como manantial,
rompe la cadena tradicional,
en mi alma clavado un puñal,
que hiere las penas, una señal.
Soy una flor en un desierto,
en continua lucha por vivir,
y mi gemido es el concierto,
que me envuelve, me hace revivir.
Quiero romper este silencio,
con mi grito de libertad,
y mi lamento, es el comienzo
de mi nueva y futura realidad.