Lo infinitamente grande se une con lo infinitamente pequeño, todo se vuelve comprensible por: El pasado, el presente, el futuro… ¡Ya era hora!
[Jean-Pierre Garnier Malet
\"Desdoblamiento del espacio y tiempo\"]
El hilo se rompe en la mente, nunca en el corazón.
Estamos acostumbrados a buscar la Sinapsis en las elucubraciones de nuestras mente, porque pensamos que somos un ser superior que se debe someter a las neuronas cerebrales.
A nuestras filosofías y pensamientos.
Pero no es así, las neuronas de nuestras tripas son más auténticas y poderosas.
Nuestra hambre natural y biológica estará siempre por encima de nuestro intelecto.
Encierra a una filósofa y a un carnicero en una isla deshabitada y verás que a las 3 horas dejan de hablar y salen a buscar comida. ( sus tripas gobiernan )
Una vez saciados, dudo que retomen la conversación por horas y horas.
Harán lo que más les gusta ... en una isla deshabitada no hay sociedad para imponer una norma y un panfleto de deberías y no deberías.
Están solos y abandonados. Harán lo que más feliz les haga ante que pase un huracán.
No hay hilos rotos cuando nacen de los deseos del corazón.
Solo que estamos buscando la madeja donde todo es ego, miedos y deberías.
En el cerebro no hay felicidad.
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Yo traté de ser distinto
uno menos del montón
por eso tomé mis mejores pieles, salí de mi gruta y me abrí por mil caminos.
Quería llegar hasta tu piel desnuda.
Pero te encontré con un cinturón de castidad y ceñida con mil poemas que no eran míos.
En fin, me regresé, porque en Europa son muy entretenidas las tertulias, pero vienen con mucho frío.
Yo traté de ser lo eterno en la distancia
alguien a quien aferrarte por mil razones
pero me sentí un sapito olvidado, saltando por mil caminos.
En mi gruta tengo el calor de mi silencio
y sigo pintado de 💚 , color piel al viento.
Y brazos de hombre por si vuelves con fiebre, (...)
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En un reino llamado Discreto, vivía una rana que tenía mil secretos,
Ahí hasta el viento se devolvía y había un rio lento,
lleno de piedras para hacer amuletos.
En este reino de lo discreto
vivía una rana con un sueño inquieto;
quería ser mula fuerte y valiente,
consultó todas las bibliotecas,
hasta la de los magos de la metamorfosis
sin encontrar respuesta, ni solución.
Entonces convencida de su propio poder,
saltó a la charca con gran decisión,
practicó trotes con convicción,
pero sus patas cortas,
su verde ilusión,
no llenaban el molde de su escondida ilusión.
Mula seré hasta que me miren extraño,
aunque mi croar no suene, ni a esquino, ni a huraño.
P SABAG, palabras escapándose