“Omayra Sánchez\"
\"Suspendida entre el cielo y la tierra.
Atrapada entre el lodo que devoro a Armero.”
El volcán lloro su fuego.
La ciudad se deshizo como arena entre los dedos.
Los gritos se apagaron.
Veinticinco mil voces partieron.
Desespero de madres y voces se perdieron.
Ya no hay nombres ni manos extendidas.
Solo el vacío de la tierra indiferente.
Implacable furia hecha lodo, terror y miedo.
Risas y cantos arrancados de la vida.
Convertidos en silencios que se extienden.
Pues el dolor ya no tiene sentimientos.
Y solo rompe los esquemas de lo intenso.
¡Omayra!
Suspendida entre la historia y el martirio.
Faro triste de la ciudad perdida.
Luz trémula ataviada de memorias detenidas.
Y de almas que en la sombra, aun buscan la salida.
Hay un rumor de lágrimas que caen.
No hay un noviembre que la sombra cubra.
Solo el recuerdo que la vida es frágil.
Cuando un instante se cruza con la muerte.
El eco de la nada prevalece.
Omayra y Armero permanecen.
Como fuego que ilumina la conciencia.
Del susurro trágico que colma nuestras vidas.
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Rafael Blanco López