Cada día se imprime como copia;
unos, simples a blanco y negro
sin devoluciones ni reintegro,
otros, donde la alegría se apropia.
Otros, de riqueza o inopia,
pero, no de deseos ni excesos,
solo de amores puros expresos,
de corazones y alma propia.
Cada día parecido al de ayer;
unos, muy soleados y sin brisa,
otros, cansados , sin mucha prisa;
cada día es subsistir y renacer.
Pocos días de regocijo y placer
donde somos áridos y desprolijos;
muchos, el padre besa al hijo
y vale menos el deber que tener.