Hazambar (nombre de este vólido)

Salvaje

Me sabe a gris esta ternura, que no es más que una

que se suma a la conmoción de mis adentros,

que aunque de alivio hasta me sirva no me creo yo que sea cierto,

y menos cuanto más asciendo al cielo abierto,

donde hay seres que me escuchan cuando tan profundo duermo

en búsqueda de un mundo idílico, de un rayo fulminante 

que quede al descubierto entre las ruinas del antiguo.

 

Nada de esto es mío ni tan siquiera lo pretendo...

Por el tacto que me guío en la oscuridad de dentro

para que llegue yo a escribirlo. Me encuentro con lo eterno

a un compás desinhibido, lúbrico, de vértigo.

Quisiera sentir fresco el hálito de un sueño,

aunque apenas me conduzco con lo justo resistiéndolo.

 

El silencio nocturno es mi templo, el único

al que todavía entro con cara de mustio.

Estoy intentando decírtelo sin romper el hechizo, 

envuelto en misterios que yo mismo descifro.

Lo tengo todo con tan sólo concederme ahora el gusto.

Reconozco en el fondo el momento infinito

y aguanto más cuando sé cierto que hay lo que busco.

 

 

Quizá si me enciendo a algún charco me arroje

el sol de este infierno del modo más salvaje.