Extraño el engendro
de la monstruosidad amada
antes que los cara manicomio
sean cazados por las calles
y muerta
discurra la vida vudú
del ángel de la guarda,
loada sea la chanza
cuando la miel
ilumina carreteras
de fatales presentimientos,
se ha desatado el algoritmo
en una octava sedienta
con tachones de pelo alborotado,
ahora la noche nítida
no tiene donde esconderse
si al gozo invencible
le siguen
las palabras cambia formas
de los sueños,
leyendo entrelineas
que lo simple es
el único dilema resuelto
por la simpleza.