David Arthur

Velas

 

Un silencioso recuerdo,

un religioso agradecimiento de una súplica concedida,

una muda compañera de un entierro,

acaso una ondulación,

ocasionado por algún espíritu fugitivo.

*

Un esperanza en la ventana de alguna casita solitaria,

puerto para viajeros en busca de hospedaje,

perdidos sin rumbo en la neblina del páramo

en una oscura y tormentosa noche.

 *

El reloj de la antigua Roma,

sus minutos fundiéndose paulatinamente,

gastando gota por gota las horas

hasta la traición de un César.

 *

La iluminación del escenario de la fiesta de pentecostés,

banquete del Rey Arturo con sus caballeros valientes,

actores de rango igual

en la tragedia céltica de Camelot.

 *

Durante siglos brindaron las velas

luz para los poetas y escritores

a manchar con tinta su inspiración

en pergamento virgen.

*

Y en las noches románticos,

 reservada la mesa frente al mar,

la cena con brindis al amor,

las velas nunca  se deben faltar.

  

David Arthur ©®.

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