Alma Eterna

La sombra en el parque

 

 

Todos los días su panorama favorito era ir al parque a ver jugar los niños, era ahí donde los pequeños ampliaban sus risas y alegrías, ¿Nada podía resultar mal estando en el parque?, los pequeños niños no estaban solos, estaban junto a sus padres, o incluso sus niñeras. ¿Ellos son adultos responsables? O al menos eso se pensaba. Pero ese era un momento de felicidad, para los pequeños. Él los observaba, se reía de sus travesuras, analizaba las rutinas de aquellas madres preocupadas de su vestuario, de las amigas, de los mensajes de WhatsApp, observaba como aquellos pequeños quedaban sin los ojos de sus progenitores, veía cuando las niñeras conversaban entre ellas y cada cinco a diez minutos miraban a los pequeños y era ahí en ese instante cuando Eduardo aprovechaba para acercarse, con una sonrisa falsa a ofrecer un dulce, hacer reir a los pequeños y sacarlos de la escena.

 

PERDIDA DE LA INOCENCIA 

Mi inocencia perdí,

por tu descuido mamá.

Cuando tus ojos, no ví...

Aquel hombre vino a mi.

Con maldad en su interior,

yo me quedé, ya sin tí.

Estoy muy solito aquí,

siento que ya no doy más,

estoy cansado mamá,

me duele ya toda el alma.

¿Porque existen estos hombres?

¡Que roban luego la calma!

de pequeños inocentes,

que no entienden de crueldad.

Ellos se roban mis sueños,

y los entierran conmigo.

Querida madre yo pido 

que algun día, nos veamos.

Aunque sea en un sueño,

quiero tenerte a mi lado.

 

FÉNIX.-/🪶