Lucía gómez

DOS TRISTEZAS...

Tú sabes,

cómo es que funcionan

las cosas en la vida.

Los acontecimientos

cotidianos van dejando

un surco de hastío en

los cristales y en todos

los espejos de la casa.

La convivencia diaria,

no puede tener dos tristezas

mirándose las manos.

 L.G.