Su rostro, como poemas,
sus ojos, que
tanto anhelan.
Dame un descanso,
de soñarte tanto.
Pareciera tu recuerdo
un mar hambriento.
Y tan solo es un eterno
y cálido beso, que tus
labios acarician cual pétalo.
Dame tu sonrisa,
dame tu cabello.
Se mueve cual ola,
para mi un hermoso
consuelo.
Oh, cariño.
Es tan inmenso lo que
por ti yo siento.
Y yo ante tu mirar
un vago pensamiento.
Como la espuma, es su piel.
La marea, así de loca
me tiene él.
Mirarlo yo quisiera
en cada atardecer.
Pero la ola, oh,
me lo lleva, de sus
manos se apodera.
Yo me achico de tristeza.
No impongo fortaleza.