El Cronista sin puerto

Dos cuerpos que nunca se tocaron.

¿Qué le dices a dos cuerpos
que nunca se tocaron,
pero se amaron tanto
que el alma aún tiembla cuando la nombran?

¿Qué le dices al destino
cuando juega y se burla,
cuando te da una historia perfecta…
solo para arrancártela a mitad del sueño?

Nos amamos sin rozarnos,
sin promesas, sin permiso,
pero con un fuego tan real
que ni el silencio pudo apagarlo.

Y tú lo sabes —
aunque calles, aunque huyas,
aunque pretendas que no dolió,
tú también sentiste el temblor,
ese segundo en que el corazón se rindió.

No me digas que fue nada,
porque nada no se recuerda así.
Nada no deja huellas en las noches,
ni pone tu nombre en cada pensamiento.

Nos amamos sin tocarnos,
y eso es lo que más duele:
que sin un beso, sin un abrazo,
logramos más que muchos cuerpos desnudos.

Así que no,
no digas que fue imposible.
Imposible es olvidarte,
Y no haberte amado.