Qué te has creído, atrevido,
decir con letras “amar”,
que minutos he perdido
por ponerme a divagar.
Mis pensamientos me increpan,
mientras sueño he de esperar;
certero, que bien lo sepan,
que hasta España he de migrar.
Que el tardo cansancio venga,
que traiga al infiel Morfeo,
y a cruel Cupido detenga;
evitarlo yo deseo.
Inútil huir del alado,
cuando Eros pone en encargo;
Oniria olvida el mandado,
alejándose en letargo.
Es que muero en noche e imploro,
rogando por nuevo día.
Guardar secreto que adoro,
el de ser tu compañía.
Es cuando el alba me envía,
que en cada clara mañana,
quiere hallar tu poesía,
y ser allí esencia arcana.
En tus dulces libres versos,
las horas me han de volar,
entreviendo ecos inmersos,
resquicios de tu soñar.
Y entre reparo en amar,
solo recuerda, tu amada,
tus palabras al cantar,
que medio mundo no es nada.