Carolina Ugas Pazos

El oído y la mosca

Entré por un hoyo

me topé con la piel de un tambor,

suelto aquí mis venenos y gusanos

mi andar que atonta,

mis líquidos estomacales que alardean.

 

A la dueña del hoyo

le ha dado un dolor agudo

y también fiebre e infecciones.

 

Le hago tanto daño a su interior

que la postro en cama

y le tenso el parche

en su tambor de piel,

ya no oye por el hoyo,

yo perdí las alas.

 

Gané y sin embargo perdí más que ella.

 

OLLIN

29/08/2011