carlos emilio correa mendez

LIBERTAD

Fuiste libre y no lo supiste;

de tu mente fuiste soberano

riendo, llorando y dando la mano;

fuiste libre y nunca perdiste.

 

Fuiste libre, pero no sufriste

de desamor, odio ni mentira;

no entendiste de maldad ni ira,

solo reías y el candor viviste.

 

Ahora, esclavo de tus yerros,

verdes y marrones como cerros,

aún eres libre en la derrota,

pero, preso con el alma rota.

 

Ahora, añoras el pasado 

ser libre y gozar como infante,

borrar el presente un instante,

llevar ese niño abrazado.