Sierdi

EN MEMORIA DE PATRICIA SABAG

 

La vida es un vaivén grácil inasible.

Vaivén tenue de soñares fugaces...

 

¡Arriba! ¡arriba¡ ¡está la estrella!

¡Miradla! faustosa, ¡tan bella!

Envolvió las lágrimas, con su risa.

¡Sin prisa! ¡está dichosa, nos mira!

¡Nos mira! ¡nos mira…! ¡Lo sabía… !

Aguza su pluma de flor, todavía.